Gerandium nace y es el resultado de un movimiento de cambio en mi vida profesional. Nace de una inquietud por reencontrar la sensación de satisfacción, por cumplir un propósito y por sentirme en equilibrio con mi energía productiva. Es un movimiento que tuvo comienzo, tendrá sus ciclos de evolución, pero no tendrá fin.
El nombre Gerandium es la combinación de un substantivo y de un verbo. La combinación entre la flor “Geranio”, del castellano, y del gerundio del verbo “gerar” (generar) del portugués, mi idioma materno.
¿Y qué tiene eso que ver con la Psicología del trabajo y Mentoring de carerra? En un primer momento, quizás, nada 🤷🏻♀️, pero, en mi mundo, tiene todo el sentido. Te cuento:
Geranio es una flor que me encanta y que tiene un significado muy personal para mí. Mi madre siempre ha querido tener jardineras de geranio en las ventanas de nuestra casa. En un rápido paseo por las calles ya se entiende el porqué, se nota como su belleza y colores decoran los balcones y las macetas. Siempre que veo geranios me acuerdo de ella.
Popularmente, dicen que es una flor que requiere pocos cuidados. Bueno, para mí, no es así. Siempre me ha sido una odisea cultivar un geranio por más de una primavera. En cambio, los balcones de los vecinos están llenos de ellos, tan bonitos y coloridos. Eso me generaba una inquietud, me preguntaba: ¿qué hago (o dejo de hacer) para que mis geranios no florezcan así de bonitos?
Haciendo una analogía, mi geranio sin flor fue como mi trabajo durante un tiempo, al principio muy bonito y colorido, pero, en seguida, se secaba y yo no conseguía hacerlo crecer y renacer. Los días pasaban sin cultivos y yo no encontraba la manera de sentirme mejor, viva y con energía de nuevo. Empecé a hablar con las personas y las historias se repetían: “no estoy bien con mi trabajo, no me gusta lo que hago, me siento estresada, no tengo tiempo para mí, estoy agotado, no sé qué hacer…”. Me ha pasado y todavía pasa a mucha gente.
Soy Psicóloga, especializada en Psicología Organizacional y del Trabajo, ya sabía que necesitaba cuidar más y mejor de mi vida, que incluye, obviamente, mi carrera profesional. En este proceso, lo que no había caído hasta entonces es que no vale con simplemente cambiar de trabajo o de carrera y ya está. Me di cuenta de que hay que cultivar y generar una conexión con mi trabajo. Es un cuidado continuo, eso sí, pero para nada tiene que ser complicado. Ahora, cuando pienso en mi geranio, sé que necesita cuidado y atención especial, pero realmente no es complicado ni tampoco imposible cultivarlo. Todxs podemos tener unos geranios preciosos en nuestras vidas. Hace falta una buena tierra, con los nutrientes adecuados y la cantidad justa de abono, agua y luz. Y todxs tenemos el derecho de tener una actividad profesional sana, con propósito y satisfacción. Hace falta apenas poner la atención.
Mi auto-cultivo dependía de mí, de reaccionar, de ver más allá de las circunstancias actuales para poder accesar las posibilidades, de generar un cambio y de cuidar de mis sueños. Entendí que para mi geranio profesional prosperar, fue necesario hacer el movimiento de cambiar de lugar, ir a un sitio más iluminado dentro de mí, ponerle más abono, verificar la cantidad correcta de agua y entendí que, a veces, es necesario podar lo que ya se secó para que la planta más nutrida genere más vida y belleza. Yo diría que pasa lo mismo con el trabajo, ¿no? Nuevo lugar, nueva actividad, con una nueva motivación, más alineada con mi propósito y mis valores, después de eliminar las partes ya secas que seguían conmigo.
Tal como pasa con la naturaleza, estamos en constante evolución y movimiento. Es un proceso continuo, tiene comienzo, pero no tiene un fin. Yo siento que generé mi cambio, que encontré una tierra fértil, la luz y el agua en cantidades ideales para mi necesidad. Por fin, ya puedo decir de nuevo que me dedico a lo que amo, que le pongo cuidado y cariño a cada día. Mi trabajo va a crecer y florecer. Igual que mi geranio.
Generé mi cambio. Y sigo generando. “Estoy Gerandium”.
¿Y tú…qué quieres generar?